Cuando un atleta vuelve a entrenar después de una lesión, es un momento importante, tanto para él como para ti como entrenador. El objetivo es ayudarlo a que se sienta fuerte, apoyado y de nuevo parte del equipo, sin apresurar el proceso.
Lo que realmente ayuda:
- Comunicación clara: Siéntate con el atleta y sus padres para repasar los planes de recuperación, los límites y las expectativas.
- Entrenamiento modificado: Diseña ejercicios que le permitan participar sin arriesgarse a una nueva lesión. La idea es que no se sienta excluido del grupo.
- Apoyo emocional: Un atleta que regresa podría sentirse ansioso o inseguro. Asígnale un compañero o un atleta con más experiencia para que lo acompañe y se asegure de que se sienta bien.
- Flexibilidad con el uniforme: Si su talla cambió o se reincorpora a mitad de temporada, ofrécele opciones fáciles con el uniforme (como volver a pedir uno o usar un conjunto de entrenamiento que pueda lucir con orgullo).
- Celebra su regreso: Incluso algo pequeño como un grito de ánimo del equipo o una mención especial puede hacer una gran diferencia.
Las lesiones no tienen por qué romper el espíritu del equipo. Con el apoyo adecuado, pueden convertirse en momentos de crecimiento para todos.