¿No hay torneos en el calendario? No pasa nada. A veces, en la pretemporada o en los meses sin competencias es donde más se crece. Mantener al equipo motivado en tiempos tranquilos no solo es posible, también puede ser una gran oportunidad.
Aquí algunas ideas para mantener la energía arriba:
- Pon metas pequeñas como aprender una habilidad nueva, mejorar en flexibilidad o perfeccionar una parte de la rutina. Los logros cortos impulsan el ánimo.
- Celebra el esfuerzo, no solo el resultado: Reconocimientos semanales, premios simbólicos o votaciones internas como “mejor compañero” hacen que el entrenamiento tenga más sentido.
- Cambia la rutina: Entrenamientos temáticos, retos por parejas o incluso playlists creadas por los atletas pueden darles un aire fresco.
- Crea espacios de liderazgo: Deja que diferentes atletas dirijan los calentamientos o estiramientos. Esto les da protagonismo y fortalece su seguridad.
La motivación no solo viene de las medallas. Cuando entrenar se vuelve creativo, con propósito y lleno de pequeñas victorias, el equipo se mantiene activo y comprometido, aún sin competencia a la vista.