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¿Qué hacer cuando un atleta quiere dejar el equipo?

A veces, un atleta se te acerca y dice: “Profe, creo que ya no quiero seguir.”

Es difícil escucharlo, especialmente después de todo el tiempo, la energía y la confianza que has invertido. Pero la forma en la que respondas puede tener un impacto duradero en su relación con el deporte… y consigo mismos.

Aquí te dejamos algunas ideas para apoyarlo con empatía y acompañarlo en su decisión:

1. Escucha primero, sin juzgar

Dale el espacio para expresarse, sin apresurarte a convencerlo de lo contrario. Tal vez está abrumado, perdió la motivación o simplemente siente que ya no encaja.

Este también es el momento para explorar con suavidad qué hay detrás de esa decisión. ¿Se siente poco valorado? ¿Cree que no es lo suficientemente bueno? ¿Ha tenido conflictos o incluso ha sido víctima de bullying?

Haz preguntas abiertas como:

  • “¿Hay algo que te esté incomodando últimamente?”
  • “¿Qué cosas te gustaría que fueran diferentes?”
  • “¿Hay algo que podamos hacer para que te sientas mejor en el equipo?”

Muchas veces no quieren irse del todo… solo quieren sentirse vistos, seguros y apoyados.

2. No lo tomes personal

Es fácil pensar que es culpa del entrenador o del ambiente, pero en la mayoría de los casos no lo es. Alejarse puede ser justo lo que necesita en este momento de su vida, y eso no significa que hayas hecho un mal trabajo.

3. Celebra su recorrido

Recuérdale cuánto ha crecido. Reconoce su aporte al equipo, ya sea por su talento, su actitud, su constancia o su compañerismo. El agradecimiento convierte una despedida en una transición, no en un fracaso.

4. Toma su retroalimentación como una oportunidad

Si te comparte frustraciones o cosas que no le gustaron, escúchalas con mente abierta. Puede que ahí encuentres claves para mejorar el ambiente del equipo y evitar que otros se sientan igual.

5. Déjale la puerta abierta

Hazle saber que siempre será bienvenido si decide volver. Muchos atletas se toman un descanso y regresan con más claridad, motivación o madurez.

6. Apoya al resto del equipo

Una salida puede afectar la moral del grupo. Habla con ellos, refuerza los lazos y recuérdales que cada camino es distinto y que tomar decisiones por uno mismo también es parte del crecimiento.

Si lo ves oportuno, despídanlo con un pequeño gesto: una nota, un aplauso en el entrenamiento, o un mensaje de agradecimiento. Esos detalles crean una cultura de respeto, gratitud y seguridad emocional.

En resumen: este momento puede marcar la forma en que esa persona ve el deporte, y también a sí misma, por mucho tiempo. No eres solo su entrenador… eres un mentor, una guía y, a veces, la razón por la que encuentran su voz.

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